No sé cómo, ni desde dónde llegas,
Aunque eso realmente no importa. lo que sé, es que vuelves...reapareces desde lo más oscuro.
Eres como un fantasma y solo te haces visible cuando te da la gana.
Ya lo tengo bastante confirmado, siempre me haces lo mismo. Soy tu juego, me pausas al escuchar que tu madre te grita y te vas a hacer quién sabe qué, dejando la partida recién comenzada.
Lo desesperante es que solo me reanudas cuando las marcas de tus manos ya casi son inexistentes. Llegas y me sumas con poco para después restármelo todo.
Para la otra, recuérdale a este pobre e iluso corazón, que ya ni te voltee a ver.
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