jueves, 12 de enero de 2017
Te escribo esta carta
carta abierta:
No te odio, después de abrazar el mismo sueño, no podría hacerlo.
Quisiste curar(me, te) y terminaste intoxicando.
Todo se fue al caño cuando perdimos la libertad individual, y empezaron las dependencias emocionales. Fue ahí,cuando todo el amor y el cariño se fue volviendo asfixiante.
Perdón por no haberte echado de menos y mucho menos haberte pensado. Pero ya sabes cómo soy y (¡joder!) no puedo cambiarlo. Te dije que no soy perfecta.
Tus alas no eran más que un dibujo de tinta...
Y tú no eras el ángel que podía salvarme.
Te deseo lo mejor.
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